jueves, 13 de enero de 2011

Mi Novia: Manual de Instrucciones


CAPÍTULO: Más vale prevenir que curar

Tal vez tu situación no sea exactamente la anterior, pero te la ves venir. Desde hace algún tiempo la notas rara. Aparecieron en su actitud lo que llamaremos “I.D.Q.” (Indicadores de Quilombos) que podrían ser:

•Ya no te mira como antes.
•No reacciona de la misma manera ante un "Te quiero".
•Cuando te atiende por teléfono no demuestra la misma emoción
que hace un tiempo atrás.
•Se molesta si le preguntas "¿Me extrañaste?"
•Le dá lo mismo hacer el amor que ver una película o ir a tomar
un café.
•Cuando se ven no se preocupa en arreglarse mucho.
•Está más peleadora de lo habitual.

Y por lo general todo esto desemboca en los padres de todos los IDQ: los famosos "Estoy confundida" y "Necesito un tiempo".
Por lo general los IDQ nunca vienen de a uno, y son una señal inequívoca de que algo malo está por suceder. Seguramente son producto de que algún compañero de Universidad, Facultad o trabajo le gusta. O tal vez no le guste pero le anda atrás y ellas se agrandan como sorete en kerosene.

O tal vez alguna amiga le esté llenando la cabeza en contra tuyo con el objeto de presentarle algún amigo, hermano o primo, o simplemente por romper las pelotas, que para eso son mandadas a hacer.

Ella en realidad te quiere a tí (por lo menos en la mayoría de los casos es así), pero el "otro" te hace la pelea desde las sombras y lamentablemente eso es una ventaja a su favor.

Lo que erróneamente tendemos a hacer cuando empiezan a aparecer los IDQ es intensificar nuestras demostraciones de amor tratando de verla más seguido, diciéndole cosas lindas, regalándole flores, chocolates, sea monkeys, o cuanta pelotudez se nos ocurra.

Con las mujeres en estos casos hay que actuar como con los caballos de salto. Los caballos de salto tienen todos los mejores cuidados, duermen calentitos en un box, tienen la mejor comida, el más esmerado aseo, en fin, más de lo que cualquier animal podría pedir. Así y todo de vez en cuando estos caballitos se ponen medio loquitos, medio histéricos y no quieren darle bola a su dueño. Cabecean, tiran patadas, no se quieren dejar montar, etc.

¿Qué hacen sus dueños en estos casos? ¿Les dan mejor comida aún? ¿Los bañan más seguido? ¿Les agregan una estufita en el box? NO!

Todo lo contrario. Los mandan al campo.
Sí, los sueltan y les dicen: “Anda y salta, cabecea y patea todo lo que quieras así te sacas las ganas”.
Y el yocaba sale corriendo por el medio del campo, sin montura, sin riendas, sin nada, y salta, cabecea, patea, corre, relincha y todo lo que se le canta.
Al otro día vuelve caminando, mansito mansito, hacia su dueño y se le para al lado esperando que lo acaricie.

Ya se le fué la locura. Ya no tiene más ganas de joder.
Bueno, con estas yeguas, perdón, con las mujeres hay que actuar de la misma manera.
¿Se encabritan más de la cuenta? ¿Te cuestionan cualquier pavada? ¿Aparecen varios IDQ al mismo tiempo, y luego el clásico "Estoy confundida"? Bueno, más vale prevenir que curar. Mándala al campo como a los caballos de salto. Sin demostraciones de dolor dile "OK" y ándate.

Eso sí, no la llames, no la veas y es fundamental que no tenga noticias tuyas ni por medio de amigos en común.
El tiempo que puede transcurrir en este estado es variable. Puede ser desde un día hasta unos meses... pero no queda otra que tener paciencia y ponerse firme en esa postura porque ahí es donde se va a dar cuenta de lo que le está faltando, y es ahí donde le va a entrar a ella el miedo a perderte. Va a volver sin duda caminando mansita a comer de tu mano.

Mi Novia: Manual de Instrucciones (Fabio Fusaro) DESCARGAR


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