lunes, 21 de mayo de 2012

La "segunda mente"


¿En qué estás pensando? -le preguntó Took a Chris.
Había sonidos. Y voces. Fue en ese momento cuando se dió cuenta de lo que estaba pensando, aunque llevara con aquello en la cabeza casi un día entero.

—Una canción -respondió- tarareo sin parar esa canción desde que la escuché ayer en la radio, cuando veníamos para aquí.

Sí, tarareaba esa canción sin cesar, comenzaba y acababa, acababa y comenzaba de nuevo. No conseguía quitársela de la cabeza.

Took le pidió que volviese a abrir los ojos.

—Ésta es la segunda mente -dijo-. La que está tarareando la canción. Podría ser una preocupación cualquiera.
 O, si estuvieses enamorada, podrías tener ahí dentro a la persona con la que te gustaría estar, o a la que desearías olvidar.

Pero la segunda mente no es fácil: trabaja independientemente de tu voluntad.

Él se giró hacia Paulo y rió.


—¡Una canción! ¡Igual que nosotros, que también vivimos con la segunda mente llena de canciones! Las mujeres deberían estar siempre enamoradas y no con canciones en la cabeza!
¿Nunca has tenido amores aprisionados en la "segunda mente"?


Los dos reían a carcajadas.


—¡Son los peores amores, amores terribles! -continuó Took, sin conseguir contener la risa-. Viajas, intentas olvidar, pero la segunda mente sigue diciendo todo el tiempo: "¡A él le
 iba a encantar esto!", "¡Qué pena que él no esté aquí!"



Tu mente charla todo el tiempo: sobre todo, te recuerda cosas del pasado, o problemas que tienes que arreglar en el futuro. Pero ésta que habla, que canta obsesivamente esa canción con la que despertaste, que no se calla, en realidad es la segunda mente, la que no te permite concentrarte, la que estorba la meditación, la que te atormenta con pensamientos tóxicos, de alarma, de angustia, que repasa una y otra vez tu lista de pendientes, que te recuerda continuamente cosas o amores que quisieras olvidar, capturándolos y haciéndote mirar hacia atrás, o que está tan excitada esperando algo bueno que está por acontecer, que parlotea incesante sobre esa felicidad que vendrá… el día de mañana. Así, tenemos dos mentes, que funcionan al mismo tiempo.

Entre las enseñanzas que Took, el joven iluminado del desierto de Mojave, transmite a Chris, la esposa de Paulo, está precisamente la manera de aplacar a esa segunda mente para poder disfrutar el aquí y el ahora, el momento presente, que en realidad es el único que tenemos.

¡Cuántos momentos hermosos pasan desapercibidos! ¡Cuántos instantes se van para siempre sin ser realmente valorados! ¡Qué necia insistencia de vivir colgados del pasado y preocupados por el futuro! Todo por escuchar la charla incesante de nuestra segunda mente, y no abrir el corazón, mirar al horizonte y verdaderamente apreciar el momento presente. Controlar la segunda mente es entonces un imperativo, no sólo para reducir los niveles de estrés, sino para abrirnos al mundo que nos rodea, percibir su belleza, disfrutar de quienes amamos y avanzar en la senda de nuestro propio crecimiento espiritual.

Pero, en palabras de Took: "La segunda mente no es fácil: trabaja independientemente de tu voluntad (…) Para vivir en el presente, debes controlar tu segunda mente…"

¿Cómo hacerlo? El mismo Took te lo dirá, cuando te sumerjas en el mundo increíble que Paulo Coelho dibuja en Las Valkirias.

Por lo pronto, recuerda: todo lo que tienes es el aquí y el ahora: no dejes que se te escurra como arena entre los dedos…


Vía | Comunidad Las Valkirias

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